Sutra II.I
Tapahsvâdhyâyeshvarapranidhânâni Kriyâyogah
LA PRÁCTICA DE YOGA DEBE REDUCIR LAS IMPUREZAS, TANTO FÍSICAS COMO MNETALES. DEBE DESARROLLAR NUESTRA CAPACIDAD DE EXAMINARNOS A NOSOTROS MISMOS Y DEBE AYUDARNOS A COMPRENDER QUE, AL FIN Y AL CABO, NO SOMOS DUEÑOS DE TODO LO QUE HACEMOS.
Si la práctica de Yoga no ayuda a eliminar los síntomas y las causas de nuestros problemas físicos y psíquicos, no puede conducirnos ni a descubrir nuestro ser interior ni a comprender la naturaleza de la calidad de los actos. En estas circunstancias, las prácticas serán de dudosa validez.
Cuanto más nos purificamos por el Yoga, mejor comprendemos que todas nuestras acciones deben ser sistemáticamente revisadas y que no debemos contar con los frutos de nuestros actos.