Dijo Lao-Tze, “Un viaje de mil millas, comienza con el primer paso”. La práctica de yoga no es más que un largo camino de auto-conocimiento y, muchas veces, de sanación.
Mis clases de Vinyasa son dinámicas, con referencias e invitaciones a conectar con nuestros cuerpos y energías sutiles, a trabajar desde una escucha que va más allá de lo que podemos percibir con nuestros sentidos y de lo que pasa en nuestro cuerpo físico. Escucha sutil, soltar, fluir, conectar, crear espacios, enraizar, son algunos de los conceptos que más disfruto trabajar en mis secuencias.